domingo, 26 de agosto de 2007

cabildo abierto para la historia en construcción 1

Por Lucas González

Bicentenario ¿Qué celebrar?
De la conmemoración a la oportunidad.

El 20 de julio, como fecha de conmemoración, parece tener que sufrir siempre el desprecio de los poderosos, de esta manera el vaticano descanoniso y removió la celebración de santa librada – la santa del divorcio – a lo que se suma ahora, el príncipe Uribe con su visión Colombia II Centenario 2019. Las conmemoraciones de centenarios reflejan mas el querer ser que el ser de un hecho, en el contexto de una sociedad. Para el evento se plasma más los deseos colectivos (enmarcados dentro de la dinámica del establecimiento) que las realidades históricas, es entonces un espacio perfecto para que la política desarrolle su juego ideológico de una forma efectiva y grandilocuente. “Siempre a punto de parecerse a algo”, oración de un poema de Maria Mercedes Carranza, que se podría considerar como un resumen de los discursos políticos y la visión de país que tienen las elites gobernantes de Colombia, desde la oficialización del culto a la patria con Manuel Murillo Toro, cuando en 1873 decreta la fiesta nacional del 20 de julio, en una estrategia similar a la de la Francia revolucionaria, de establecer un culto civil y secular, que elevara los valores de la patria a una altura que pudiera competir con la iglesia católica, como fuente de referentes.
La celebración del centenario no podía escapar a esta dinámica, a pesar del deseo generalizado de huir de las calamidades de la transición entre los siglos XIX y XX, de esta manera se estructuro como un evento en el que se presento un discurso político de unión de las elites sociales enmarcado en el deseo de que el país arribara a la era moderna bajo el signo del orden (aunque para algunos solo desde lo económico). Muy a pesar de encontrar un ambiente de tranquilidad entre las cúpulas sociales para el desarrollo del la fiesta, (porque en lo político seguían destrozándose, aunque ya no con armas) el discurso oficial de la conmemoración del centenario estaba muy influido por los valores del la regeneración conservadora: el catolicísimo, la hispanofilia y el miedo a la plebe.
el caso de la utopía uribista de la visión Colombia II Centenario 2019, que propone que al momento de ¨ la conmemoración del segundo centenario de vida política independiente, a celebrarse el 7 de agosto de 2019 ¨, 1 una transformación de la republica, bajo sus premisas y que evidencian el gran gusto de la política colombiana de mover las reformas desde arriba. A pesar del disgusto de los intelectuales, los historiadores y otros científicos sociales, con solo ver algunas de las metas se entiende la necesidad de contar con otros nueve años para hacer de la gran fiesta de la patria acorde con las expectativas del gobierno. Asuntos como:
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Reducir la pobreza a 15% (hoy está en 45%).
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Lograr y mantener tasas de cobertura de 100% en educación básica
Pueden no enfadar a nadie, aunque otras son particularmente molestas, como:
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Elevar la inversión pública y privada en Ciencia y Tecnología a solo el 1,5% del PIB (hoy menos de 0,21%, la pública).
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100% de los bachilleres de ciudades capitales bilingües
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Elevar el número de libros leídos por habitante al año de 2,4 a solo 5.2

El problema es que las dificultades del gobierno para construir sus sueños excluyentes, no pueden ser excusa para desarticular una tradición de celebración, que parece entendían mejor los gobernantes de 1813 que los de hoy.3 Pero la fecha no es el único asunto problemático, el núcleo duro del asunto es ¿Qué celebrar? y ¿Cuál es el papel de los historiadores?

Margarita Garrido presenta de manera muy acertada las dos tendencias que dominan la opinión de los intelectuales acerca de la conmemoración:
¨ Celebrar una vez mas con bombos y platillos la nación que se creo, o repetir una letanía de sus fracasos que empiezan con la supuesta inocuidad de la independencia. Y ninguna de las dos conduce a la construcción de memora que necesitamos ¨.4

Es evidente que la ética de un historiador independiente y critico no cabe lanzase ha glorificar las conquistas del mito estado – nación colombiana, pero el desconocer la construcción del proyecto colombiano tampoco hace mucho por la sociedad en general. Si los fabulosos cadillacs decían del ¨ V centenario, no hay nada que festejar, latinoamericano descorazonado, hijo bastando de colonias asesinas, cinco siglos no son para fiesta, celebrando la matanza al indígena ¨, la respuesta de los historiadores no puede seguir esta ruta, es evidente que el país no es precisamente un paraíso, pero lo que se celebra no es el país actual, es el inicio de un proyecto, de un sueño colectivo, que necesita nutrirse de los historiadores para que el discurso no sea solo el de los arodadores del estado.
Si la tarea de los historiadores es en palabras de Murray Bookchin ¨ no permitir que el tiempo borre la memoria histórica… porque la historia (tradicional) esta acostumbrada a enterrar bien hondo a los heterodoxos ¨, la solución no pasa por la costumbre de los historiadores radicales y populares de hacer solo la historia de las clases subordinadas y de los grupos políticos que enfrentaron al estado. Es tiempo que los historiadores que creen que la ciencia en la que están involucrados es una herramienta de transformación de la sociedad, se lancen a escribir historias generales y de las elites, dentro de premisas criticas y que evidencie las contradicciones de los discursos y las actuaciones de los poderosos. Se necesita una historia publica, especialmente en el sentido de que sea ¨ la historia que pertenece al público ¨,5 porque si gente como Jaime Jaramillo y German Colmenares, profesionalizaron la historia en Colombia, es necesario una generación de historiadores que hablando a través de john sinclair desarrollen un ¨ asalto total a la cultura, echando mano, colectivamente, de cualquier instrumento, cualquier energía y cualquier canal a nuestro alcance ¨ para llevar un discurso histórico a la vida diaria de las personas que permite enriqueser la vida de cada uno como individuo.
Se necesita una historia popular que eleve el papel de las personas comunes, de las mujeres y de los movimientos sociales en la construcción del proyecto colombiano. Una historia radical que muestre los discursos alternativos y los conflictos propios de la sociedad. Una historia que también hable del presente y que rescate de las manos de los medios de comunicación acomodados, el análisis de la actualidad. Una historia que haga de la memoria un instrumento que evidencie que las posibilidades de pedirlo todo siguen intactas.



1 http://www.dnp.gov.co/paginas_detalle.aspx?idp=506
2 http://www.dnp.gov.co/paginas_detalle.aspx?idp=506
3 Bicentenario que celebrar
4
5 http://www.publichistory.org/what_is/definition.html

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