sábado, 25 de agosto de 2007

Una Modesta proposición para evitar que los historiadores jóvenes se sigan persiguiendo la cola.

Un chispero por un cabildo abierto para la historia en construcción
Muchos historiadores meritorios, prohombres de la patria, cuyas virtudes estimo mucho se han consagrado como justificadores de todo lo que parece siempre igual, desertando de la batalla por la memoria y anestesiando cualquier posibilidad de que el conocimiento histórico sirva para construir alternativas.
Pero las nuevas generaciones de historiadores, que todavía no sabemos nada, no deberíamos darnos ese dudoso lujo, en vez de eso es imprescindible lanzarse a la reflexión sobre para que demonios sirve la historia. Yo particularmente creo en una historia que haga de la memoria un catalizador que evidencie que las posibilidades de pedirlo todo siguen intactas, para esto puede ser necesario:
Que construyamos una actitud que convierta a la historia en un instrumento de acción directa sobre la realidad, que evite el relativismo diacrónico en asuntos en los que todavía se esta en deuda y saque a flote los cadáveres que muchos esconden debajo del catre.
Que nos aprovechemos que no hemos entrado en la ecuación del hermafroditismo académico, que se preocupa mas por las dinámicas de poder sobre los anaqueles, que por ampliar la comprensión del pasado y que este tenga algún papel en la vida diaria del ciudadano común.
Con la meta de vacunarse contra el Enanismo intelectual del que ve en el espejo a un periférico, urgido de tener aceptación vía de una cita por renglón, de algún gran teórico, cada vez que escribe, propongo una ofensiva general (con la ayuda que vengan a cada caso) sobre todas las categorías del análisis social, que conduzca a las reformulaciones necesarias y a los incendios inevitables.
Y si esta modesta proposición es culpable de sus ganas epistemológicas de vomitar, por favor bienvenido a debatir, a hacer explícita su posición de la utilidad social de la historia y su papel en la sociedad , antes de caer en la infortunada tradición de la chismología inquisidora.
Tal vez llego el momento que del olimpo patrio salgan todos los ilegítimos y sátrapas dioses de la colombianidad (responsables de primera mano de la exclusión endémica del país) con sus cabezas por delante.
¡A cortar cabezas señoras y señores!
http://historiasenconstruccion.wikispaces.com/cabildo+abierto+para+la++historia+en+construcci%C3%B3n+I

2 comentarios:

De Frente dijo...

No con el Rey,
sino con la cabeza del rey
"A cortar cabezas señores" Es necesario criticar y construir a partir de nuestras nociones, errores, necesidades, intereses y aciertos la construcción de la Historia.
A partir de la opinión y la apertura que otorga un grupo como bligcentenario, es posible llevar a cabo tal tarea, que es también la tarea de nuestro desarrollo como estudiantes.

Paula dijo...

Un punto interesante de todo este debate se podría sintetizar en una pregunta que aprece sacada de cualquier cajón: La historia, para qué?
La historia a legitimado regimenes
La historia ha sido excluyente
La historia a sido culpable de inmumerables delitos siendo uno de los más graves, en nuestos tiempos, la neutralidad
Sin embargo la historia como tal no es culpable de nada pues la historia es una materia que se construye a partir de coluntades, a partir de la identificación de problemas de la formulaci´ñon de preguntas por parte de sujetos vivos, activos: los historiadores
En ese sentido la pregunta podría reformularse como: qué tipo de historia es la que queremos hacer los historiadores y para qué?
A esta pregunta parece dar respuesta el texto de Lucas, no solo aqui en el blog sino en la wiki
Una historia radical, comprometida que haga parte de la vida cotidiana de las personas, una historia viva y vivida no como repetición de datos obtusos sino como fundamento de la libertad de pensar y ser de los individuos
Ante nuestra pregunta por el bicentenario no solo debemos revisar la historia tradiconal sino que tenemos la posibilidad de construir una nueva que responda a la coyuntura del hoy
Una historia que quizas nos permita retomar ideas como independencia, libertad, justicia, equidad, transformación no solo en el pasado sino como problemas vigentes en el presente.

QUE VIVA LA JUNTA
no parece desde el hoy algo remoto e innecesario sino tal vez más que nunca una prioridad en nuestro convulsionado país

Asi que no abogo por cortarle la cabeza a nadie sino más bien por organizar las nuestras para trabajar no con granos de arena sino con canteras completas.

Que viva la junta, que viva el cabildo y que vivan los SURamericanos!!!